Micro cuentos para un micro futuro.
Paseo en familia
El último domingo
de cada mes visitaban el lago de las afueras de la ciudad, donde los cadáveres
de peces flotaban en sus inmóviles aguas amarillentas. Para los niños, era un espectáculo único que les ofrecía la
naturaleza muerta. Niños que no llegarían a adolescentes. Adolescentes que no
llegarían a jóvenes ni jóvenes a adultos. Ancianos solo se veían en museos de
curiosidades, prolijamente embalsamados.
Control de natalidad
Los bebes nacían
de a tres. Pegados. Instantáneos. Una cabeza comía, la otra pensaba y la otra
hablaba. ¿Por qué defecaban los tres juntos? Era un misterio que la ciencia
procuraba develar. Los padres no reclamaban, porque todos sabemos que las
probetas no hablan.
Hallazgo antropológico
El último de los
caníbales del que se tuvo conocimiento, murió de viejo, solo y vegetariano.
Hola Eduardo
ResponderEliminarMe encanta como escribes y el sabor que le das a tus letras Disfruto tus escritos
te dejo un abrazo enorme desde Miami
Agradecido que pases por acá Recomenzar, un verdadero honor.
EliminarBuen Blog Eduardo, me agrego a tus seguidores, gracias por sumarte a mi blog de ficción del extremo lejano de la mente.
ResponderEliminarGracias Carlos, estamos leyéndonos en esos extremos. Abrazo.
EliminarTe vengo a dejar una brisa que pasa a tu lado
ResponderEliminarbuenas noches
La tomo, es alimento para el espíritu. Ahora, buenos días.
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