miércoles, 11 de septiembre de 2013

Máquina de tiempo


La máquina del tiempo es un asiento, una silla, ahí es donde hay que armarse de paciencia para despertar a los muertos. Solo supone esperar una eternidad.

   
La máquina del tiempo es un cuarto vacío con una silla. La silla es para cuando el tiempo se diluye y se detiene en la espera y en el vacío, subyace el tiempo. Esos cadáveres consumidos que se ven en las fotografías son los científicos inmortales.


La máquina del tiempo ya ha sido inventada, existe. Los pasajeros han optado por emprender el viaje al pasado, al futuro o a otro plano, buscando una realidad aparente entre dos mundos y no han regresado aún. No se han presentado voluntarios para el presente.


Para la máquina del tiempo, no es tan importante el tiempo, sino la forma o el punto de vista.


La máquina del tiempo es a prueba de catástrofes, por eso no han regresado los viajeros ni sus cadáveres.


El tiempo no es ni pasado ni momento, ni real ni democrático, ni liso ni con olor a queso roquefort, ni va en dirección contraria, el tiempo es tirano, cuando más se lo necesita.


Algunos dicen que la máquina de tiempo es un reloj pulsera y si la llevamos con nosotros en todo momento, no tiene razón de ser.


Compre una máquina del tiempo en un anticuario. La llevé a una relojería para que le hicieran un mantenimiento, es similar a un reloj de arena. Me atendió el mismísimo Albert Einstein.


En el futuro, la máquina del tiempo no ha sido inventada, todavía.


La máquina del tiempo puede ser fácilmente desactivada con una bomba de tiempo.


lunes, 2 de septiembre de 2013

Palabras mecánicas.

Fumigantes

Un encumbrado funcionario de control de vectores, atribuyó la muerte de millones de mosquitos a una espiral de violencia.


Estilo libre.

Ella se ahogó en un océano de lágrimas, pero no porque no supiera nadar, sino porque no logró alcanzar la orilla de su amado.


Hoy pienso escribir porque no estoy inspirado.


Para quién quiera que no sea

Hay alguien dentro de mí, que pugna por salir de esa prisión ósea con barrotes de tripas y bolsa de piel. Pero soy el perro cancerbero y haré lo imposible por retenerla. ¿Será que no puedo vivir sin ella? ¿A quién se le ocurre que debo dejar libre mi alma?



Soy un libre pensador con ideas que otros me han metido en la cabeza.