martes, 28 de abril de 2015


Paraíso asimétrico


Morder sin remordimiento
Un cocodrilo hembra, reconoció a su macho en las botas del cazador, en la cartera de la turista y el sombrero del lanchero. Atacó la embarcación de los excursionistas y los devoró sin piedad y sin apetito. Durante la digestión, lloró y lloró hasta quedar sin lágrimas por derramar, y siguió llorando por dos días, en seco. Un hipopótamo viejo que compartía ese recodo del río junto a otros animales, advirtió el diario llanto de la hembra y razonó sin compasión:
-Son lágrimas de cocodrilo- Así nació el mito...

Eco de ausencia

No usamos despertador, nos avisa la sirena de la fábrica de la otra cuadra. Entre sueños, siento sus pasos suaves, de ángel, sobre el parquet, luego la oigo en la cocina, cuando abre la canilla y al verter el agua, el silbido alerta de la pava, inmediatamente, corre la silla. Felipe remolonea entre sus piernas. La cuchara golpeteando la loza de la taza, revolviendo el café. Lo toma corto, edulcorado y negro. Se cambia en el cuatro con la luz apagada, al reflejo de la del pasillo. A veces se lleva la ropa al baño cuando se le hizo tarde. El cepillado de los dientes, los buches, la canilla que chilla un poco, el pasaje del agua del inodoro y cuando baja la tapa. El beso en la frente y su –Levantate que es tarde- Abre y cierra la puerta, echa llave. Oigo el sonido del ascensor y las puertas que abren y cierran. Puedo adivinar el: -Buenos días don Carmelo, el portero baldeando la vereda y su: -Buenos días Anita, siempre cordial. Sus pasos flacos hasta la parada del ciento doce hurgando en la cartera por la tarjeta del colectivo. Ese mecanismo mental, rutinario y desolador es lo que me despierta todos los días, durante el maldito año que Anita nos dejó.


El hombre de acero (y carne)
-Me voy al súper. Avisó la mamá de Clark Kent.
La siguió tres cuadras y la vio entrar al Walmart. Ahí se quedó tranquilo, sospechó que tenía un hermano.

Academias Pitman
Una mina conocida me confesó una vez que se había acostado con muchos tipos, y uno de ellos la dejó en cinta. Se justifica diciendo que fue un error de tipeo.
  
Redención

Me siento solo, pero no tanto como dios en el día del padre, del hijo y del espíritu santo.

Casada
Cuando te miro, temo que mis pensamientos se hagan palabras.

Egoísta

Se quitó la vida y no quiso devolvérsela.