miércoles, 11 de junio de 2014

Mingitorio o barbarie.

Tara mundial

Mi fanatismo por el fútbol me hizo ver como un tonto, entonces luché contra mí mismo y el resultado fue empate.


Tornado

Después del vendaval la abuela se apresuró a la azotea, la ropa estaba seca.

 

Ladrones aritméticos.
Noticias de último momento: Irrumpen en una casa a punta de pistola, reducen a la familia y se llevan objetos de valor. También se llevan a la familia en una caja de fósforos.

 

Fábula sobre mimetizaciones

Mi abuela Genoveva tenía un cardenal enjaulado. El bicho cantaba feliz en apariencia, nadie le iba a preguntar si lo era o no. Un día la vieja dijo a viva voz que creía en la libertad del vuelo, pensamos que abriría la jaula, pero no, carreteó por el patio de tierra hasta tomar suficiente impulso y salió volando. Ni siquiera movió los brazos, solo los abrió. Pasó por nuestras cabezas a escaza altura y su batón verde la hacía parecerse a un Hércules. En segundos dejamos de verla y eso fue, luego, para siempre. En cuanto al pájaro, dejó de trinar y dijo:
-Entonces ¿Quién queda a cargo del alpiste?