jueves, 17 de octubre de 2013

Textus interruptus


Empecemos por el postre.

Todo tiene solución… menos la vida.


Pool de siembra

He intentado cultivar mi espíritu aunque la soja me da mejores dividendos.

 

Auto ayuda:

-Aprenda a decir “NO”

 -Cállese

-Ok

 

Última cena

Los doce apóstoles no eran otra cosa que un comité de crisis.



El negocio familiar

De acuerdo a las experiencias de vida que he curioseado entre distintas personas que se animan a ventilarla, me animo a certificar un refrán popular que dice que “a la familia uno no la elige”, y tal vez sea mi caso. Mi familia es de origen muy humilde. De la parte de mis tíos, enemistados a muerte con mi padre desde no hace tanto tiempo, se criaron en un hogar de un ambiente, vivían bastante apretados, un verdadero desastre ambiental, hasta que el progreso golpeo a su puerta y tiró a patadas la de otros.                Mi tío es propietario de la funeraria del pueblo, sus hijos trabajan en el cementerio, uno administrativo y el menor, peón en distintas labores. Mi otro tío, su hermano, se desempeña en la morgue judicial como chofer. Mi finado abuelo, padre de ambos, fue sepulturero, conocido como “Pablo, el enterrador”, oficio lejano y estable. El tercero de sus hijos era policía, le decían “gatillo sensible” y murió en circunstancias jamás esclarecidas. No era gente de asistir a los velorios, por distintas razones muy atendibles. Mi abuela (Dios la guarde) fue partera y su única hija, pitonisa, de las que leen el futuro en el tarot. Tuvo un hijo de padre desconocido (NN). Estudió y fue abogado, hizo una carrera brillante y hoy es juez. Todos, eximios tiradores con armas de distinto calibre y modelo, incluida mi abuelita. Una extraña línea de producción. Se puede decir que son parte detonante de la evolución de la especie humana, de principio a fin, de la era geológica de la pólvora. La parte restante de la familia, vivimos en un pueblo de otra provincia, no puedo dar cuenta de cuál porque somos testigos protegidos por el estado.

 

 

6 comentarios:

  1. jajjaajjaa, me ha encantado todos los textos cortos y el micro de tu familia es perturbador, sinmpático, y aventurero. Me ha encantado.
    Nos leemos saludos

    ResponderEliminar
  2. De un modo u otro, toda la familia se dedica a lo mismo. Algo sin duda marcado por la genética, a pesar de que es cierto que a la familia no se la escoge (de poder hacerlo, la mayoría tendríamos una diferente).
    Los breves, muy buenos. Cumplen la máxima de que lo bueno, si breve, dos veces bueno.

    Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por suerte, es solo un sueño literario. Tengo una familia muy divertida, llena de gente joven. Gracias por pasar Alis.

      Eliminar
  3. Acabo de aterrizar en tu blog pero me ha encantado.

    Un abrazo.

    PD: no dejes de cultivar micros. Son geniales.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por pasar Rufino, me alegro que te hayan gustado los micros. Abrazo.

      Eliminar