jueves, 12 de mayo de 2016

Polución nocturna



Estrategia de mercado

A mediados de los convulsionados años ´70, mi padre y un inversionista sellaron una sociedad y ampliaron la quebrada carpintería del abuelo. El tipo no me caía bien, era raro y se jactaba de tener “contactos arriba”. Comenzaron a fabricar ataúdes. Acordaron un compromiso comercial con una mutual y una casa de servicio de velatorios y sepelios. Al poco tiempo y gracias al visionario socio, tuvieron como aliado “involuntario” al gobierno que participaba en llenar los cajones y cerraba el círculo del prospero negocio.





Declaración jurada

-¡Te amo…lo juro!


Síndrome del dinosaurio resucitado

…y cuando despertaron, dos mil años después, el crucificado todavía estaba ahí.


Descuido

Todavía no entiendo por qué la inquisición dejó libre a mi suegra.


S.O.S.
Destapé una Coca Cola para mi sobrino y leí en el interior de la tapita que decía: “Déjennos participar…” Debió ser uno de esos duendes proletarios, prisioneros en las botellas no retornables.


4 comentarios:

  1. Un abanico de micros que producen sensaciones dispares. No dejas títere en pie. Lo importante es que se entienden bien y te definen. Mejor que no lo lea tu suegra.

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  2. Eduardo una entrada genial..Comencé a leerla y me perdí un poco pero me reencontré con tu suegra jajaj

    Muy bueno

    Abrazos Victoria

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    1. Gracias Victoria por pasar. En los 70 estábamos todos como perdidos por acá.

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