viernes, 5 de octubre de 2012


Poco pero insuficiente.


Sueño con la mujer imposible.

En su cuerpo despilfarro osados besos esta noche, presintiendo que voy a despertar en cualquier momento.

Sujetos perdidos.
El avaro, estuvo esquivando la entrega de su alma durante un lapso de tiempo tal que la mismísima muerte sucumbió ante la espera y decidió que permaneciera así, padeciendo su infortunio. Por fin, sólo y entregado, se dejó secar hasta que su ser no valía la pena ni siquiera para el olvido. Nadie reclamó el cadáver.


La gota que rebalsó el vaso, se queja de llena.

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