¡Cuánto amé a esa mujer…! Con qué
pasión. Ciertas veces, con raptos de locura y desquicio. Una tarde, casi la
arrastré hasta la plaza y al pié de aquel abedul, la abracé, la estrujé, la
besé hasta paspar sus labios. Saqué un puñal de mi mochila cuya hoja había
afilado con premeditación y alevosía. Lo blandí, lo clave en la corteza y
comencé a tallar: “Ella y yo, amor eterno”. Nunca más la volví a ver, ni bien
saqué el cuchillo, corrió veloz como el viento de un tornado.
Milagros
Murió de amor tres veces, claro,
por hombres distintos. Resucitó indemne de cada uno de ellos.
Noticias (agoreras) de mañana
En el año 2022 se agotó la
energía. En el 2023, los alimentos, en el 2024, la paciencia y en el 2025, la
humanidad.
Ministro
Por secretas razones de estado
vio crecer y crecer su cuenta en el banco.
Balanza de farmacia.
El peso de mi existencia está perdiendo
peso por falta de existencia.
Sombras chinescas
Iba formando siluetas de animales;
alces, conejos, elefantes. Los guantes blancos iluminados se restregaban y
llegaba una nueva forma obscura a contraluz de la pantalla. El auditorio estaba
conformado por niños sentados en el suelo de la sala siguiendo la serie con
mudo asombro. Atrás y parados, los padres comentaban: -“son bobadas…”. Los
niños son más permeables que los adultos al aceptar el arte del hombre
invisible.