Consumibles.
Célula dormida.
El grupo estaba dispuesto a sembrar el terror a como diera
lugar, por el simple placer de la venganza y el retorno al reconocimiento
público.
Habían planificado acciones tenebrosas y sanguinarias. A
punto de dar su primer golpe, solo uno llegó a la cita. Al rato y por celular,
fue recibiendo las excusas. Drácula extravió su dentadura postiza, Frankenstein
quedó inmóvil por una artrosis de cadera, a La Momia se le enredó el vendaje,
el Hombre Lobo tuvo un súbito ataque de pulgas. Suspendido el atentado, al
Muñeco Maldito no le quedó otra opción que regresar a la jugueteria.
La fe mueve
montañas.
En la tierra
del sol naciente, dos monjes ancianos presumían al borde de un acantilado.
-¿Recuerdas
el monte que se elevaba tras aquel valle? Pregunto uno de los lampiños mientras
señalaba a sus espaldas, y sin esperar respuesta, dijo:
Ese monte lo
he desmenuzado con la ayuda de la fe.
-¿Ah sí?
¿Has hecho eso? Preguntó el otro. ¿Y cómo has logrado semejante milagro?
-Con nueve puntos en la escala de Richter.
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