jueves, 25 de abril de 2013


Consumibles.


Célula dormida.

El grupo estaba dispuesto a sembrar el terror a como diera lugar, por el simple placer de la venganza y el retorno al reconocimiento público.
Habían planificado acciones tenebrosas y sanguinarias. A punto de dar su primer golpe, solo uno llegó a la cita. Al rato y por celular, fue recibiendo las excusas. Drácula extravió su dentadura postiza, Frankenstein quedó inmóvil por una artrosis de cadera, a La Momia se le enredó el vendaje, el Hombre Lobo tuvo un súbito ataque de pulgas. Suspendido el atentado, al Muñeco Maldito no le quedó otra opción que regresar a la jugueteria.

La fe mueve montañas.

En la tierra del sol naciente, dos monjes ancianos presumían al borde de un acantilado.
-¿Recuerdas el monte que se elevaba tras aquel valle? Pregunto uno de los lampiños mientras señalaba a sus espaldas, y sin esperar respuesta, dijo:
Ese monte lo he desmenuzado con la ayuda de la fe.
-¿Ah sí? ¿Has hecho eso? Preguntó el otro. ¿Y cómo has logrado semejante milagro?
-Con nueve puntos en la escala de Richter.

 

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