Sucesos argentinos:
Un boleto.
Prendió un
cigarrillo y apoyo su largo cuerpo contra la pared.
Miraba el
suelo, salvo cuando exhalaba el humo de sus pulmones.
Tosía,
pitaba, luego miraba, buscaba, espiaba el reloj de la estación cada dos
pitadas.
Comenzó a
balancearse apoyando el taco en la pared.
En una de
esas, tomó impulso, comenzó a caminar hacia el parque y se perdió de vista.
Ella llegó
con paso ligero.
Prendió un
cigarrillo y apoyo su obeso cuerpo contra la pared.
Miraba el
suelo, salvo cuando exhalaba el humo de sus pulmones.
Tosía,
pitaba, luego miraba, buscaba, espiaba el reloj de la estación cada dos
pitadas.
Comenzó a
balancearse apoyando el tacón en la pared.
En una de
esas, tomó impulso y comenzó a caminar con rumbo a la estación.
El tren se
estaba yendo, frenó sus pasos, dejó caer el bolso y prendió otro cigarrillo.
Pasatiempo.
Vuelan simulando una formación. Dibujan el ocho de Moebius casi perfecto, y regresan al único árbol de la pradera.
Se oye un
estampido y su eco, vuelven a volar, dos caen desplumadas y sin vida.
El tipo
vuelve a cargar la escopeta.
Las
golondrinas resisten en éste verano sangriento.
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