Carnaval
de palabras.
Plaza Pringles
Caminó por la vereda diagonal y se sentó en uno de los
bancos de madera frente a la fuente. Metió la mano en el bolsillo del sobretodo
y sacó unas semillas. Las esparció por el piso de baldosas geométricas, de
inmediato se arremolinaron palomas a picotearlas. Dos, tres veces repitió lo
mismo. Las palomas se tornaron gordas y negras, como cuervos y devoraron las
semillas. Tres, cuatro veces más, ahora del otro bolsillo y los cuervos fueron buitres
ingratos que no dejaron rastros del viejo porque se comieron hasta el sombrero.
Interpretación
Dios aprieta pero no ahorca. Para terminar con esa
medianía, es que se inventó la guillotina.
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