Poco pero insuficiente.
Sueño con la mujer imposible.
En su cuerpo despilfarro osados besos esta
noche, presintiendo que voy a despertar en cualquier momento.
Sujetos
perdidos.
El
avaro, estuvo esquivando la entrega de su alma durante un lapso de tiempo tal
que la mismísima muerte sucumbió ante la espera y decidió que permaneciera así,
padeciendo su infortunio. Por fin, sólo y entregado, se dejó secar hasta que su
ser no valía la pena ni siquiera para el olvido. Nadie reclamó el cadáver.
La gota que rebalsó el vaso, se queja
de llena.
¡Olé, sí señor, viva la gracia y el ingenio!
ResponderEliminarGracias Juan y olé...!
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