sábado, 20 de octubre de 2012
En
horas de fiebre acumulada.
Aviso (des) clasificado.
Vendo mi cuerpo. Lo vendo de
viejas heridas. También vendo lo que está sano, lozano, terso, y los pliegues.
Las piernas, ambas, de arriba a abajo y el teatro genital de operaciones,
completo. Se yergue bajo estímulos sencillos. El torso y el revés, los brazos, ambos,
el cuello y la zona frágil de lucidez, con pocos cabellos por fuera, casi
virgen de ética por dentro. Bastante flojo de papeles, apenas la biopsia
definitiva. En perfecto estado de putrefacción. ¿Qué valor tiene? Y no me
refiero al precio. Escucho ofertas.
Él le suplicó:
-Si me amas, déjame libre.
Y ella se bajo del taxi.
Para cruzar el río Paraná a pié,
hay dos caminos. Uno es el puente, el otro, hablar con un tal Moisés.
Si volviera a nacer, no cambiaría
mi vida en nada. En cambio, si volviera a morir, trataría de correrme a tiempo
de las vías. Digo, para que no tengan que estar juntando los pedazos y parecer
Frankenstein.
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Me gustan todos. "El aviso", es genial. Un abrazo, Eduardo.
ResponderEliminar(Carallo, Eduardo, quita la cosas esa de los número que es un engorro y hay que hacer el comentario varias veces...)