Policial negro, redada de palabras.
Para hacer un policial negro se necesitan combinar una
serie de elementos a saber:
Un crimen, en lo posible casi perfecto, porque todos
sabemos que no hay crímenes perfectos, son solo asesinatos resueltos al final
del relato.
Una escena del crimen, un criminal por descubrir, un
cómplice, de ser necesario. Un detective de la sección homicidios, un policía
corrupto, uno o varios cadáveres, un abogado, un juez o un tribunal de
justicia, testigos falsos, huellas, pruebas, pruebas plantadas, evidencias,
pistas falsas.
Si el relato se remite a Europa, un mayordomo
(intelectual, sensible, elegante). Si se ubica en USA, un negro (bestial,
irracional) y si es en Argentina un pobre y tanto mejor si el malhechor es
inmigrante. Para unir el crimen con el criminal, un móvil. Un arma que haya
sido debidamente disparada o un puñal que haya apuñalado y que tenga la sangre
impresa del occiso. Un forense, una morgue, una autopsia, algunos sospechosos.
Un coctel edulcorado de violencia, misterio, poder, prejuicio,
ambigüedades y un fino toque de brutalidad.
Un escritor, un corrector, una editorial y
fundamentalmente, un lector de policial negro que es, ni más ni menos, un
asesino en potencia.
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