Los siguientes textos,
pueden herir la susceptibilidad del lector.
“Recuerdo de Luján”
Me acosté temprano, tipo doce, pero demoré en dormirme. Me
revolcaba en la cama hasta que todo se oscureció, cómo que se apagó la luz en
la tiniebla que ya ejercía. Entonces me di cuenta que llegue tarde a un sueño
que estaba ocurriendo en mi cabeza, les explico: Era una enorme pompa de nylon
traslúcido donde, personas allegadas a mí, de distintas épocas y
circunstancias, charlaban animados. Una de ellas, mi amor imposible. Estaba
preciosa. Comentaba que hoy sí, hoy mismo me confesaría que me ama locamente y
lo dejaría todo por mí. ¡Carajo…! Y yo acá afuera, orbitando la nebulosa,
rasguñando la ampolla onírica, desencajado. Flotando en el líquido amniótico
fluorescente, ajeno, lejano. Sin poder participar de mi propia fiesta. Intenté
pinchar el globo, despertar para que comience de nuevo, pero no tuve la suerte
que siempre ayuda en estos casos. Abatido, me deje abducir por el sueño. Al
levantar los párpados con las primeras luces del día, la veo, fosforescente. La
burbuja con la virgen del Luján en la mesa de luz.
Prospectiva
¡Cuidado!
El amor puede ser el efecto secundario de algo más peligroso.
Hábito
De tanto, tanto, tanto mirar la tele, a los seis años se me
cayeron los ojos, pero porque eran de leche.
No diga que no le avisé
Apure a leer
este nanorrelato porque es biodegradabl…
Osho en uno: Autoayuda para
golfistas.
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