Textos apócrifos
Y un día, un hombre primigenio y sensible,
pasó la noche observando las estrellas, la inmensa profundidad del cosmos vivo.
Imaginó, en su desconcierto, lo indecible, palpitando ideas, y se sintió
huérfano. Fue entonces que comenzó a crear a Dios, tal como lo desconocemos.
Luego, otros lo siguieron, sin saber que hubo uno antes, un principio, como
algo natural y necesario. Las bestias duermen y él se siente seguro de que, por
ésa noche, no lo atacarán. Porque tiene algo que lo protege aunque, todavía, no
sabe bien qué es. También sabe que los depredadores no atacan de noche. Cerca o
lejos, un volcán erupta a carcajadas sus entrañas de fuego líquido sobre la
anatomía de las cuevas que esperaron predestinadas que espabilara. Aves
desparramadas por el cielo dieron el alerta, y lo creyeron castigo por tanto
atrevimiento y se entregaron como mansa ofrenda. La faz de la superficie
arrugó, surgieron praderas, selvas y glaciares. Desiertos, montes y cascadas.
Agua y fuego. Frutos y trigales, oro y jade, tribus y lenguas, amos y esclavos,
y la semilla estaba germinando.
Planeta felino
Cuando los gatos dan inicio a su periplo nocturno por los techos,
buscan alguna altura razonable o la que tengan a mano y observan a la luna por unos
instantes. Luego, continúan con su rutina a cuatro pasos, sin sonido, por vez. Si
no está la luna, salen igual. Las caras de la luna pueden hechizar a las
mareas, enamorar, iluminar o permanecer secreta, ensombrecer de eclipse al
mismísimo sol, pero jamás prevalecer en el instinto misterioso de un gato.
Fe de (posibles) ratas
El pueblo egipcio
veneraba, con exasperante devoción, al sol, a la luna, al faraón, a la esposa
del faraón y, por las dudas, al gato del faraón.
Universo
Poema de un solo verso, pero con desenlace infinito.
Epitafios:
En la lápida de un publicista: “Raspe para saber
quién yace aquí”
Muy bello blog y muy bellas nota. Me hizo reír la del epitafio de un publicista jajajaj
ResponderEliminarMuchas gracias por pasar, Clara.
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