Soledades
para solitarios
Los
bares están llenos de gente húmeda, proclives al destiempo y al olvido. Soy del
tipo de parroquianos que llega, deja el paraguas o el sombrero en cualquier
parte y se desploma en la silla y mientras va cayendo pide un cortado. Cosa que
ni falta hace porque el japonés sabe que es lo único que consumo de mi
bolsillo. Por distraído, deje parte de mi patrimonio en pulloveres, tacos de
billar, perramus, radios portátiles, un amor posible, relojes, anillos de
ningún quilate y otras cosas que no recuerdo porque si las recordara, no me las
hubiera olvidado. Una vez entré apurado y deje el sombrero en la cabeza de un
tipo que se estaba yendo y nunca lo volví a recuperar. Un tipo alto, también era
habitué del Bar Saigo que estaba en Corrientes y avenida. Tampoco lo volvieron
a ver al miserable. Una tarde nublada, era jueves, tenía que ver a una piba que
le venía arrastrando el ala, la polaca. Tenía un metejón estomacal y la invité
al cine Sol de Mayo a ver “Un dólar marcado”. Debía declararme porque ya me
estaba doliendo y hasta el discurso había preparado. -De esta tarde no pasa, me
prometí. Le compre un ramito de gladiolos en el puesto de flores de enfrente.
Lo dejé en el mostrador y me fui a jugar al casín. Papi, el japonés, lo puso en
un vaso grande de agua porque no había floreros en esa clase de lugares. Los
partidos se sucedieron, gané, gané, gané hasta que me tocó perder y me fui a
media noche, con los bolsillos contentos y casi intoxicado por el humo del
faso. Al otro día llego y lo primero que veo en el mostrador es el ramito de
gladiolos marchitos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa mala memoria nos suele hacer pasar malos ratos. Saludos, Eduardo, desde Colombia.
ResponderEliminarAsí parece Guiller, gracias por pasar, abrazo.
EliminarQué interesante personaje. Que él cuente la historia lo hace sumamente atractivo.
ResponderEliminarTu texto, que a ratos sólo deduzco, me encandila.
Un abrazo, Eduardo
Un personaje de tiempos lejanos. Me pone feliz verte por acá. Abrazo.
ResponderEliminarintenso eres
ResponderEliminarme gustan tus textos
Agradecido señora. Gracias por pasar.
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