jueves, 13 de junio de 2013

Cuentos futuristas rosarinos.


Crónicas terrícolas.

En la ribera del lecho reseco del río Paraná donde centurias atrás estaba emplazado el club de Regatas Rosario, se va a llevar a cabo el último y definitivo congreso de científicos intergalácticos para resolver el destino final de los despojos de la civilización humana.
Bajo una pertinaz llovizna ácida que pincela el cielo ocre, las naves nodrizas dejan caer transbordadores repletos de espectros fluorescentes, mientras otros alienígenas estacionan sus embarcaciones propulsadas por fuentes de energía desconocidas. El parque Fabio Zerpa, constituido sobre las ruinas de lo que fue el Parque Alem, está repleto de navíos extravagantes llegados de galaxias remotas.
De una de ellas descienden dos hologramas con formas zoomórficas  manteniendo algún diálogo extrasensorial. En ese momento, los interrumpe lo que especulan puede ser un harapiento niño humanoide que les dice:

-¿Se la cuido Don?-

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