Cuentos futuristas rosarinos.
Crónicas
terrícolas.
En la ribera
del lecho reseco del río Paraná donde centurias atrás estaba emplazado el club
de Regatas Rosario, se va a llevar a cabo el último y definitivo congreso de
científicos intergalácticos para resolver el destino final de los despojos de
la civilización humana.
Bajo una
pertinaz llovizna ácida que pincela el cielo ocre, las naves nodrizas dejan
caer transbordadores repletos de espectros fluorescentes, mientras otros
alienígenas estacionan sus embarcaciones propulsadas por fuentes de energía
desconocidas. El parque Fabio Zerpa, constituido sobre las ruinas de lo que fue
el Parque Alem, está repleto de navíos extravagantes llegados de galaxias
remotas.
De una de
ellas descienden dos hologramas con formas zoomórficas manteniendo algún diálogo extrasensorial. En
ese momento, los interrumpe lo que especulan puede ser un harapiento niño
humanoide que les dice:
-¿Se la
cuido Don?-
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