Junio, mes de recuerdos y frío.
Despensa y crédito (1968)
Vivíamos en calle San Juan 4580 casi llegando a calle Pascual
Rosas, en el barrio Echesortu. Por cierto, una casa enorme con cuatro
habitaciones, zaguán y dos patios. En la esquina estaba el almacén de doña
Pepa, que atendía junto a su hijo Manolo, porque el marido trabajaba en el
puerto. Había llegado desde Andalucía hacía algunos años y aquí conformó su
familia y su negocio. Pese a esta ventaja geográfica, mi abuela Virginia iba a otro
almacén para la provista diaria, eso era a unas tres cuadras, por calle Servando Bayo.
Cuando le preguntábamos para que caminar tanto, abuela se excusaba diciendo que
Pepa no era una persona de fiar.
Viuda
Desde el momento en que la vio,
comenzó a sentir murciélagos en el estómago. Resuelto, fue y le clavó los
dientes en la yugular, en el mismo instante que amanecía.
Germen
Cuando nos propusimos poner a geminar éste
amor incipiente, pactamos cultivarlo, regarlo, adorarlo, madurarlo y nos salió
una planta carnívora.
Dictadura
del propietariado.
Los nuevos y ultramodernos
edificios inteligentes no permiten ser habitados por personas.
Tres micros geniales, Eduardo...son historias larguíííísimas en solo dos líneas! Me han gustado mucho.
ResponderEliminarGracias por pasar María.
EliminarLos edificios inteligentes, y la abuela, saben muy bien lo que hacen.
ResponderEliminarSaludos
J.
Gracias por pasar José. Abrazo.
EliminarEn Despensa y crédito me queda la duda de los verdaderos motivos. Supongo que Servando Bayo es una calle, no una persona que fuera el motivo por el cual iba la abuela. Me inclino por una situación económica mala que hacía que la abuela fuera más lejos a pedir comida fiada. En fin.
ResponderEliminarGracias por pasar Javier. Si, S.Bayo es una calle, ahora lo corrijo. Abrazo.
ResponderEliminarHola Eduardo, en breve te envío mis comentarios.
ResponderEliminarDale, gracias.
ResponderEliminarEduardo te envío, después de haber disfrutado mucho, mis observaciones sobre tus microrrelatos con la esperanza de dejar algún aporte, por pequeño que sea.
ResponderEliminarDespensa y crédito- Muy bien aprovechada la ambigüedad de la palabra fiar; vista desde una de sus perspectiva el relato toma matices diferentes que verlo desde la otra… temo que se me estén escapando detalles significantes... Más allá de esta insuficiencia mía, el relato no puede dejar de ser efectivo en su semblanza barrial y su sentido del humor.
Viuda- Me remite maravillosamente a Nosferatu, a la escena equivalente a esta; que considero una de las más impactantes y profundas del cine. El título súper efectivo resalta cómo una yugular puede ser de doble filo para un vampiro enamorado.
Con “Gérmen” creo darme cuenta de la intención, sin embargo la planta carnívora no me resulta una imagen amenazante para dos amantes equivocados. Si algún elemento los pusiera en mayor riesgo… como si fueran a convertirse en insectos. También puede que yo no me esté dando cuenta de la intención.
Definitorio sarcasmo el del último título. Todo inmueble inteligente sabe que le conviene ser su propio propietario (perdoname la redundancia cacofónica).
Impresionante Jorge. No esperaba tanto. Tanta molestia, mil gracias por pasar y dejar tu impronta. Abrazo.
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