domingo, 17 de agosto de 2014

Viene a cuento…

 

 

Odisea

Antes que el amanecer purificara el día, los galeones habían zarpado a toda vela hacia la tierra de los milagros. Sus tripulantes, pletóricos de ilusión, los observaban desde el puerto.




Siliconas   

 

-Mire, entiendo que usted haya alcanzado la fama en todo el mundo y que esté disponible en la lista de médicos de la obra social pero para el implante mamario he decidido recurrir a otro profesional, lo siento. De todas maneras, gracias por su ofrecimiento, doctor Frankenstein.

-Por nada y la mejor suerte para ti, Igor.

  

Reyes magos

Me dicen que el seis de Enero es el fin del mundo. Macanas, el fin del mundo no existe, son los padres.


La depre

Salgo a la calle con el semblante tan malo que el otro día me cago un pájaro en la cabeza y me quedaba bien.

 

  
Síntomas


-Doctor, cuando la veo, siento que mi corazón va a estallar en ese mismo  instante. La presión sanguínea me acelera el pulso, las piernas no me responden y la vista se me nubla por completo. Eso sin decirle que ayer estuve al borde de un ACV cuando me saludó.
- Por favor doctor, dígame ¿Cuál es su diagnóstico?
-Amigo, usted está clínicamente enamorado.

 

 

 


Televisión interactiva.

Mientras cocinaba, doña Virginia iba y venía mirando de reojo Crónica Tv. Fue cuando lo vio parado en la cornisa, apenas sostenido con sus dedos de un frágil saliente de mampostería. En el momento en que las cámaras  mostraron su cara, lo supo perturbado, convencida que haría lo inevitable. Entonces pensó en un acto heroico, corrió hasta el control remoto y apago el televisor.

 



(Los galeones del dibujo son hijos de la pluma del gran Tomy Müller)

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